IKER
MURO
Desarrolla su carrera de manera casi autodidacta, primero como diseñador gráfico, luego como graffitero y finalmente como muralista. Ha ido transformando su trabajo desde la ilustración figurativa, personajes o paisajes surrealistas en blanco y negro a la abstracción geométrica más colorida. Obras en espacio público de magnitudes colosales definen su trabajo, túneles, puentes o canchas de colores primarios, contrastes y saturación tan fuertes como luchar, sufrir y ganar.
En los últimos años se encuentra más enfocado en el trabajo de estudio, experimentando con medios y texturas. Encuentra de vital importancia en el desarrollo de un artista la investigación y mutación constante, trabaja mucho de manera intuitiva, sin boceto previo por el mero hecho de disfrutar con el proceso. Esta manera de trabajar es muchas veces frustrante y agotadora, llegando a pintar muchas veces sobre pintado. Es justamente esto lo que más le atrae de la pintura, el registro que queda bajo el resultado final, la vida del cuadro como si de una pared se tratara.